imágenes

2004

Esta es una obra que incide en la capacidad generadora de la sensibilidad erótica. Realizada a partir de varias visitas al Museo del Prado para disfrutar del análisis en detalle de la obra de Tiziano, “La bacanal de los andrios”. La concepción de esta pintura para el disfrute personal de Alfonso d’Este en el Camerino de Alabrastro, a partir del texto “Imágenes” de Filóstrato, es la referencia para el desarrollo de este trabajo.

Camerino d’alabastro

«Alfonso (d’Este, IIIDuque de Ferrara) desarrolló un ambicioso programa decorativo en una serie de diversas estancias que unían su castillo a su palacio en Ferrara. Los lienzos de Tiziano estaban destinados al camerino d’alabastro, sala que tomó su nombre de la serie de relieves marmóreos con temas clásicos labrados por Antonio Lombardo (hacia 1458-1516). En la parte inferior de las paredes quedaría expuesta la colección de antigüedades, objetos raros, jarrones y recipientes para beber propiedad del duque, mientras que en parte superior colgarían los lienzos de Tiziano con alusiones a la rivalidad entre pintura y escultura, a la exposición de objetos preciosos, a los placeres de la bebida, y a la actividad de mirar y admirar. En este caso, el paragone o comparación no se limitaba a la escultura y la pintura, sino que se establecía también entre una variedad de objetos preciosos y su representación en la pintura narrativa. Para encontrar los temas pictóricos idóneos en la mitología clásica, Alfonso buscó ideas en las Imágenes, escritas por Filóstrato el Viejo en el siglo III d.C.»

EL COLOR DE TIZIANO, Paul Hills.


Apuntes sobre “La bacanal de los andrios”


 

(Introducción del proyecto de Jose Vallejo y conversación con él. “Postlogos, Reflexiones sobre la apreciación del arte en la actualidad”, 2012.)


Inicia una nueva etapa en la producción de Jaime García. Basada en el análisis pormenorizado de la “Bacanal de los Andrios” de Tiziano, no solamente profundiza en la propia pintura sino también en el encargo y en el espacio donde debía ser instalada. Se trata de un acercamiento personal a una obra que debía ir acompañada de otras tres para una estancia privada, basándose en las “Imágenes” de Filostrato.

A raíz de esta idea, Jaime García se interna en el mundo de las cualidades pictóricas y de su función, tanto metafórica como contemplativa, en el reducto de la más estricta intimidad. La instalación, presentada en la exposición “I-conia” en 2004, se componía de un panel de grandes dimensiones en el que se experimentaba con el color rojo, frente al que se encontraba un sillón que invitaba a la contemplación de un audiovisual elaborado con una sucesión de fragmentos de cuerpos.

Esta obra se adentra, además, en la reutilización de modelos a lo largo del tiempo, especialmente los eróticos. Así, la ninfa recostada del primer plano de Tiziano encuentra una correlación con diferentes modelos publicitarios que, a lo largo del tiempo, se irán apropiando de una iconografía plena de sentimientos.

JOSÉ VALLEJO

En contraste con la producción anterior aparece “Imágenes”, que contiene una referencia plástica concreta de una cierta antigüedad, totalmente figurativa, como es el cuadro “La bacanal de los Andrios” de Tiziano. En relación con lo visto y comentado hasta ahora me gustaría que me hablases sobre esta primera mirada, intencionada, al periodo del clasicismo y a la cuestión figurativa. ¿Cómo llegas hasta ahí, y de qué manera lo asumes? 

JAIME GARCÍA

No experimenté ningún interés concreto en el hecho de que fuera un cuadro figurativo y clásico. No formaba parte de mi propósito retomar un lenguaje formal, inusual en mi creación, y que se ha desarrollado con matrices ajenas al llamado arte figurativo. Tomar como referencia ese cuadro para la elaboración de esta precisa idea se debió a diversos factores, pero principalmente a mi predilección por el cuadro en sí, que nació en mi infancia a través de las ilustraciones de una enciclopedia casera. Observando varias reproducciones “La bacanal” llamó poderosísimamente mi atención que, junto a otras, como “Las señoritas de Aviñon” de Picasso, conformaron mi temprano interés por el arte: por la representación, por una forma concreta de creación del ser humano. Aquel Tiziano causó en mí tal sensación que me permitió intuir ciertas cuestiones relacionadas con la carnalidad, con lo sexual, que aún desconocía pero que ya me producían alguna inquietud: el especial uso del color, que refleja una sensualidad concreta, esa composición agitada que evidenciaba una tensión erótica…

He vuelto sobre esta propuesta en diversos momentos de mi vida, unas veces de forma intuitiva, y en otras forzada por algún interés concreto realizando distintas versiones a lápiz, acuarela, témpera, al óleo… es una obra que siempre mantuvo su momento en mi quehacer. Llegada una etapa en mi creación, fruto de ciertos conflictos entre mi visión del arte y la de las academias contemporáneas, me propuse consolidar mi posición personal a través del hecho artístico. Todo ello, junto a otros motivos, me hizo reparar de nuevo en el cuadro, que revisité sistemáticamente, de una forma decisiva, enfrentándome al lienzo mediante la contemplación directa. Lo conocía bien desde tiempo atrás, pero la mirada era distinta. Deseaba realizar un análisis sensorial, lo que entiendo primordial para entender el arte. A partir de ese momento comenzó el proyecto.

Como te comentaba antes, no me propuse el arte figurativo como tema, en contraste con mi lenguaje formal, sino que de forma natural quise reflexionar sobre el propio arte a través de una obra sustancial en la historia del arte como creación autónoma.

J.V.

A lo largo de tu contestación has hecho referencia explícita al uso del color, a la cuestión de la composición, al carácter sensorial, la contemplación… Esto me hace pensar en uno de esos arquetipos relativos a la existencia de la belleza. ¿Cómo consideras el concepto de belleza en el arte contemporáneo? ¿Se trata de una noción que existe gracias al contraste con la fealdad? ¿Es necesaria tal y como se entiende desde un prisma clásico?

J.G.

El debate sobre la belleza, como un elemento de análisis de la representación, es crítico. Ha generado mucha literatura y tensión intelectual. Y lo considero clave porque la belleza detenta un carácter de aspiración, que podríamos denominar utópica, próximo a lo moral: nos enfrentamos a un concepto al que se propende, un reflejo que -en su sentido platónico- nos acerca al ideal. Asímismo, se ajusta a una idea que pudiera marcar el sendero civilizador, como algo que nos aleja de la zozobra vital. Como te comentaba, una aspiración. En muchos momentos de la historia en los que esta visión del pensamiento platónico ha sido dominante, el arte ha tenido equivalencia a la belleza, a la realización de objetos que transciendan lo vulgar y común…

J.V.

… ¿una equiparación con la divinidad?

J.G.

Si no con la divinidad, que también pudiera ser -véase la Beatriz de Dante-, acaso con las máximas aspiraciones del hombre. Para facilitar estos caminos se establecieron diversas herramientas, como el canon, que permiten, en una estructura formal y de pensamiento concreta, acercarnos a objetivos de trascendencia. En occidente solemos concebir aparatos conceptuales identificados con la belleza que nos encaminan al orden, la proporción, la simetría… Incluso hablamos de la belleza de una teoría física: el matemático Paul Dirac incluso afirmará que la belleza de una teoría puede ser más importante que la prueba empírica. Creo que la belleza es interesante en ese sentido: nada que ver con lo bonito, lo agradable, sino en este valor de aspiración civilizadora.

En cuanto a la relación entre belleza y arte contemporáneo, a raíz de que en el arte moderno se cuestionan las bases del arte y se transitan nuevos territorios, conducirá a muchos autores a hablar de la muerte de este al incorporar una sucesión de situaciones de contraste que no implican la necesidad de una aspiración. Podríamos decir que el mundo contemporáneo hoy anda solo, remolcado por una fuerte inercia ideológica, debido a que las herramientas del pensamiento han sido tan poderosas y eficaces en la finalidad de un progreso, definido infinito, que vacía de sentido la posibilidad de su trascendencia.

J.V.

Volviendo al cuadro de Tiziano, entre las características de la obra que más te impresionaron has subrayado la composición, que podemos considerar perfecta, y la composición es orden… Pero curiosamente el tema que trata la es caótico. ¿Ese conflicto interno trasluce, quizá, la relevancia de “La bacanal de los Andrios” para ti?

J.G.

Sí, creo que eso es crucial. Nos enfrentamos a una composición sólida, y a la vez agitada, creadora de un gran movimiento que a su vez genera sensaciones particulares con respecto a otras representaciones contemporáneas, situación que en periodos posteriores se desarrollará al extremo. En el primer encargo de Bellini para el Camerino de Alabastro, “El festín de los dioses”, siendo una obra de naturaleza y contenido similar e idéntica intención compositiva, se caracteriza por una estructura rígida y que carece de la riqueza que despliega Tiziano. Asimismo en este último destaca una notable diferencia en el tratamiento del color, en esa definición de un acabado vivo, en el tratamiento deslumbrante de los tejidos, en la creación de una humana carnalidad. Ciertas extravagancias, incluso en la composición, como la figura de mujer del inferior derecho, son cuestiones originales que definen la excepcionalidad de un cuadro. Esa composición tan perfecta se concluye en un objeto tangible y sensual que supera el mundo de la geometría y que engrandece la pintura.

J.V.

Otro de los componentes que aparece es el elemento del erotismo como motor de la creación que genera tanto la obra como tu propio planteamiento estético para la reinterpretación de la misma. Me recuerda algo que ya comentamos: la cuestión de la contemplación. ¿Cómo planteas este trabajo para extraer esos elementos? ¿En la contemplación hay algún viso de voyeurismo…?

J.G.

Una de las claves para que “La bacanal de los andrios” causara tal impacto en mí fue la sexualidad, seguramente porque me encontraba en un momento de despertar a esa clase de sensaciones. A lo largo del tiempo he llegado a la convicción de que ciertas habilidades artísticas tienen gran importancia en la posibilidad de tener éxito en las conquistas sentimentales. La historia del arte traza una línea esencial en su desarrollo y engrandecimiento basada en el erotismo. No creo, ante la contemplación de ciertas representaciones, incluidas las de carácter religioso, que no exista una pulsión sexual que las defina. En ocasiones se muestran de forma explícita, y en otras subyacen, se evidencian en la mirada del modelo, en la aspiración de la representación de la carnalidad. Kenneth Clark, hablando sobre el desnudo en el arte, comenta que algunos intelectuales mantienen que si el desnudo es tratado de forma que despierte en el espectador deseos acordes con la carnalidad nos encontraríamos ante un arte falso. Él dice, y yo estoy de acuerdo, que ningún desnudo, ni el más abstracto, debe dejar de despertar un vestigio de sentimiento erótico: y si no lo hace es que nos encontramos ante un arte malo. Me parece que el erotismo es básico en el desarrollo del arte, especialmente si consideramos que la mayoría del arte creado en la historia lo ha sido por hombres. No estimo que Tiziano no tuviera un interés claro en establecer un aspecto erótico en su lienzo. Hablamos de un pintor formado en una Venecia sensual donde se visten tejidos fastuosos, donde se producen los mejores y más exquisitos colores, donde incluso cuando se impone el negro en la vestimenta este se vuelve matizado y rico y suntuoso… En ese contexto realiza la Venus de Urbino, que será la admiración de sus clientes aristócratas por su manifiesta lujuria. Se le proponen encargos especiales de colecciones de pinturas dedicadas a los placeres del vino, y de la contemplación, y del disfrute… En mi opinión el interés es evidente.

Inicio “Imágenes” en un momento de polémica en los medios de comunicación por varios encadenados de campañas publicitarias provocativas y explícitamente sexuales, en particular de perfumes: en concreto Opium de YSL, del fotógrafo Steven Menzel y la modelo Sophie Dahl, que llega a prohibirse en algunos países y pone en cuestión la utilización del sexo como recurso creativo y herramienta de marketing. La campaña que comento tiene muchas analogías con el cuadro de Tiziano con un criterio formal que desarrollaré tiempo después.

J.V.

Has tocado aquí una cuestión sugestiva: la referencia a los gabinetes como ámbitos privados destinados al disfrute de sensaciones varias. “La bacanal de los andrios” forma parte de El camerino de alabastro, de uso privado, una de las salas del palacio que el Duque dedicó a los placeres del vino y de la contemplación. En la actualidad se encuentra en un museo público y, por tanto, ha perdido su característica intimidad. Coméntame qué papel juega hoy el museo para ti y, también, en general, qué rol le atribuyes…

J.G.

Mi producción tiene escasa relación con el museo y la galería de arte. Si alguna tiene se explica por la intervención en el espacio, pero también, y más aún, porque me interesan otros espacios ajenos a la esfera artística. En cuanto a mi interés personal por lo museos, es considerable. El museo es una de las instituciones relevantes de lo que antes denominábamos aspiración civilizadora del hombre en sociedad: reunir concentradas en un mismo lugar algunas de las creaciones humanas culminantes como evidencia de las potencialidades del hombre. El museo y otras instituciones artísticas también entraron en crisis con la crisis del arte. Cuando el arte se plantea desde una coyuntura social, incluso desde lo cotidiano, tiende a igualarse a otras actividades humanas próximas a lo que denominábamos artesanía, o a situarse en la esfera de las llamadas ciencias sociales. También se plantea la equiparación del museo al mercado, a la plaza o a la universidad. Se pretende eliminar cualquier rasgo que evidencie la singularidad de las obras de arte con respecto a otros objetos fruto de la actividad humana, su excepcionalidad. Esa vertiente del museo es indispensable como modelo que facilita la contemplación activa de ciertos logros de la cultura que nos ayudan a comprender facetas de la realidad que solo se entienden a través de esas obras. Hay recintos que también ayudan a esa función: es brillante la ubicación del “Éxtasis de Santa Teresa” de Bernini, una capilla en la iglesia Santa María della Vittoria de Roma, en la que una puesta en escena barroca potencia el efecto abrumador de la representación…

J.V.

… a mí me encantan esos tondos con los retratos de quienes costean aquello, que están realmente presentes observando ese milagro que se produce…

J.G.

….efectivamente, esta escenificación de una obra artística es singular. El barroco se brindaba a ello, y es fundamental. No funcionan igual los cuadros de Rothko al ser colocados en una oficina de seguros que en la capilla creada para ubicarlos. Personalmente, recorrer un museo es una de las mejores experiencias. Me agrada su ambiente, la sensación de respeto y de palpable reverencia. Entrar, traspasar la frontera entre la cotidianeidad y un mundo abierto a las sensaciones, el disfrute y el conocimiento. Creo que constituye una de las grandes aspiraciones del hombre, llenar la vida de momentos como estos. Me encantaría vivir en un museo.

La creación de estas instituciones a disposición de todos, con esa acumulación de creación y conocimiento, ha sido uno de los logros primordiales de estos últimos siglos…

J.V.

…del gabinete privado al museo público.

Regresando a “Imágenes” y al ámbito de lo privado, de lo que hablaremos en otro momento, me interesa especialmente tu forma de interpretar este Tiziano y lo que supone, ya que en todas tus producciones procuras codificar sensaciones y situaciones concretas. ¿Cómo procedes en esta obra, de forma específica?

J.G.

Tengo de ella una imagen concreta formalizada desde hace mucho, mediante diferentes recursos: entre ellos, la memoria. Quería sintetizar mi percepción del cuadro en lo que ha significado para mí durante este tiempo. Recurrir a algo grabado en la retina. Está planteada desde la vertiente de la contemplación y la creación de un espacio contemporáneo para contemplar, como se concibió para el cuadro de Tiziano.

J.V.

Se puede decir que es efímera… Las partes que componían la instalación en ese momento incluso han pasado a formar parte de otras obras…

J.G.

… quedando solo el vídeo, realizado a partir de un conjunto de fotografías de detalle, que nos dirige a ese mundo de fragmentos que me interesa tanto en el cuadro.

J.V.

Contemplamos una serie de juegos dentro del Tiziano que proponen cierta poética, y un rasgo narrativo que queda oculto por el sensorial debido a su fuerza expresiva. Esta fuerza parte de un conjunto de conceptos e ideas previas, como la visita de Baco a la isla de Andros, los ríos de vino, y lo que implican. Lo cual nos traslada a unos mundos referenciados dentro del mismo cuadro como la música, la literatura y la mitología. La música la trataremos con mayor profundidad en otro momento y en otros proyectos, pero ahora me interesa especialmente conocer la importancia de la literatura y de la mitología en el desarrollo de tu quehacer.

J.G.

Ninguna de las dos disciplinas es esencial. No pretendo buscar recursos ajenos a los de mi propia creación, si bien sí me atañe la interrelación de lenguajes, que produce resultados paralelos, o conectados, sin pretensiones explicativas, y elaborar una genealogía de algunos precedentes que evidencian la transmisión de ideas, conocimientos y fenómenos. La mitología hace esto muy bien. Explica cosas desde el criterio de la creación que son difícilmente esclarecedoras de otra manera. Las referencias que tuve siempre fueron debidas a mi gusto por algunas propiedades de la realidad que fueron explicados, inicialmente, desde una perspectiva mitológica. Esto parece haber sido recurrente en la creación a lo largo de la historia. Aparte de aspectos concretos de episodios mitológicos, ha sido mi inclinación por el estudio de ciertas cuestiones la que me ha remitido a ellos. Con la literatura me sucede algo parecido, pues nunca he precisado apoyarme en recursos literarios para el desarrollo de mis ideas. Sin embargo, sí me atrae la creación de conexiones con algunos atributos creativos que pueden ser literarios. En el lienzo de Tiziano podemos contemplar una interesantísima gama de conexiones que nos conducen a Filóstrato, su recreación de una galería imaginaria, y su posterior concreción a través de la mano del pintor.

J.V.

Podemos decir que “Imágenes” es una producción abierta, en la que en un futuro se volvería a retomar, modificar y a ampliar el hilo argumental básico, pero ¿también existe la obra abierta que, en el concepto de Umberto Eco, el espectador concluye?

J.G.

Existen muchas maneras de enfrentarse al arte: contemplativa, crítica, analítica… Esto origina realidades diversas de la misma cosa que forman parte de la estructura vital de cada uno. No me ha interesado nunca mucho hablar de mis realizaciones y, en general, no me subyugan las explicaciones de una obra de arte. Me preocupa más que la obra evidencie lo que tenga que evidenciar. Por eso es sugestiva la interpretación última de quien se enfrenta a ella. Aunque, por lo común, en una sociedad compartamos un modo general de interpretar los hechos, la realidad última de cada individuo es única y nos hace ver los objetos de un modo singular. Por ejemplo, un cuadro amarillo con una mancha roja, se puede ver como una mancha roja sobre fondo amarillo. Es el mismo elemento, pero son dos realidades dispares. Hay una intimidad que, en última instancia, pienso, termina de definir el arte.

Vista instalación

Fotos para la realización del audiovisual

Exposición Cierto horizonte,2019.


Una analogía visual

Una analogía visual