Hace no tanto tiempo, había una Ciudad donde las personas de talento se reunían para discutir, crear, comer y beber. La Ciudad no era perfecta, quizá algo caótica, sucia y desordenada, pero era un paraíso para las ideas y las obras. Se valoraban las ganas de mejorar, el genio, la audacia y la valentía. Una Ciudad en la que ocurrían cosas asombrosas y maravillosas. Pero llegó un día, tras una serie de escándalos y corruptelas, en el que una nueva élite de “Resentidos”, apoyada por los “Envidiosos del Talento” llegó a controlarla, y lo que en un principio parecían buenas intenciones para hacer una sociedad igualitaria y limpiar la Ciudad y las costumbres, sirvió para someter el libre pensamiento y la creación individual, controlando los contenidos públicos, revisando y destruyendo todas las obras y creaciones de la historia que según este nuevo “Gobierno de la Mediocridad” pudieran ofender o herir al estar fuera de su correcta normalidad. A partir de este momento solo se podía crear en colectivos supervisados por el “Ministerio de La Amistad”. Desaparecieron de los Museos todas las obras de los grandes genios, todos los desnudos de mujer o grandes y épicas epopeyas. En su lugar se crearon talleres de artesanía y archivos que recogían datos sobre lo que ellos llamaban “Creación de la Gente”. En las salas de conciertos solo se escuchaban músicas de tradición oral y los libros tenían que ser redactados por al menos diez personas y ser siempre de “Manifiesta Utilidad Pública”.

Los artistas y pensadores que protestaron enérgicamente contra esta nueva legislación fueron despojados de todos sus cargos académicos, cancelados sus encargos y sometidos a escarnio público como “Solipsistas Radicales Insolidarios” que no deseaban el bien común. Sus obras fueron requisadas, destruidas, y ellos desterrados o castigados a producir informes burocráticos para el nuevo “Renacer de la Igualdad”.

Es aquí, en esta ciudad, en otra hora vibrante y brillante y ahora mediocre y temerosa, en la que vivía nuestro protagonista, un maduro pintor de genio reconocido, libertad de espíritu y talento para entender la naturaleza humana, que por haberse enfrentado con gran vigor y tozudez a las nuevas elites fue de los que más castigo sufrió. Uno de sus mayores pecados fue la realización y exhibición pública de una muestra donde representaba a la mujer como “objeto del deseo” y “motor de la pasión”. Fue condenado a un encierro en su estudio, requisados sus pinceles y prohibido el contacto con la Gente, como prevención a sus ideas reaccionarias y egoístas, y obligado a elaborar informes e informes e informes...

(Comienzo de LAS MUSAS)

las musas

30 €

Edición limitada de 20 ejemplares

30x21 cm

64 pag color

Impresión digital sobre papel estucado mate de 135 gr

Triple cubierta, plata, negro y oro troquelada

Grapado

2021

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“LAS MUSAS, cuento bohemio de hadas y macarras, arte y amor”,

tal y como ha quedado en esta edición, era el esquema inicial para un catálogo de lencería. Desafortunadamente, este proyecto no ha podido llevarse a cabo aún.

Algunas veces, el proceso de creación nos descubre virtudes interesantes e imprevistas. Lo que eran simples esbozos para una futura producción fotográfica se presentaron como un rico modelo de ilustración, surgido de la propia inmediatez del mecanismo de trabajo.

Desde que nació mi hija he prestado mucha atención a las ediciones de libros ilustrados para niños. Conviven en el mercado, junto a una serie de planteamiento anodinos, llenos de lugares comunes y formulas cansinas, una admirable creatividad a la hora de plantear un relato, llegándose a confeccionar libros de gran belleza mediante la aplicación de cuidadas y atrevidas técnicas de producción.

Llevaba tiempo dándole vueltas a realizar un “cuento” con una estructura de texto corto y sintético en la página izquierda y una ilustración en la página preferente. Un cuento para adultos, aunque manteniendo la formula narrativa del “Érase una vez...” y “Colorín, colorado...”. Un cuento de hadas, de madrastronas usurpadoras y de cenicientas que esperan a su príncipe, de esos que te hacen sentir esperanza ante la vida.