ocupado

2003

En “Ocupado”, los procesos formales varían considerablemente con respecto a los proyectos anteriores, pero mantiene cierta preocupación ya vista en “Tensión”, o en el “Tipo IV” de “Frontera y Límite”, es decir, la ocupación del espacio. La gran diferencia es que aquí se juega con un nuevo elemento, el temporal. La propuesta es en sí misma una acción, por lo que también podría haberse titulado “Ocupar”, como se apunta durante la entrevista. En la acción se superponen dos realidades temporales distintas: la colocación en una pared de los caracteres que forman la palabra OCUPADO, y la proyección de una grabación del propio autor ejecutando la tarea, acción efectuada en un tiempo forzosamente anterior. Casi se convierte en un fractal reiterativo, en el que la diferencia viene dada por el momento en que se produce la acción y no por la escala.  JOSÉ VALLEJO.

 

Es una obra

donde se pone en relación

el objeto y la acción,

el espacio y su dominio.

OCUPADO. vídeo-acción

realizada escuchando ‘Music Walk’ de John Cage.

(versión1) acrílico sobre madera y proyección

(versión2) proyección 5’.



(Conversación con José Vallejo. “Postlogos, Reflexiones sobre la apreciación del arte en la actualidad”, 2012.)

JOSÉ VALLEJO

Podemos definir “Ocupado” como una acción. Lo importante es el momento de la ejecución y no tanto la permanencia del resultado formal, aunque la obra sea susceptible de ser instalada con posterioridad.

JAIME GARCÍA

Eso que comentas nos conduce a una paradoja… siendo una acción se debería haber titulado “Ocupar”. Pero es cierto. Se trata de una acción, aunque para mí también es primordial su materialidad de instalación: la relación de la acción con el espacio.

J.V.

Es una actuación en la que conviven diferentes realidades, la confección del texto, la grabación, y la superposición de una sobre la otra. Aunque el lenguaje formal cambia con respecto a las iniciativas anteriores, subyacen ideas de esos trabajos: solapamiento, discontinuidad… ¿Qué nos puedes comentar sobre esos detalles? y, también, ¿cuál es el punto de ruptura?

J.G.

Empezaré por la segunda parte de tu pregunta porque creo que, a partir de esta obra, se produce un cambio en la manera de encarar los proyectos. Todas las iniciativas artísticas que he materializado a lo largo de mi vida han sido por iniciativa propia, a un ritmo propio y según mis intereses. No han intervenido instituciones ni nada ajeno a mi propio modelo de producción y ejecución. Entre otras cosas por mi renuncia a colaborar con instituciones culturales sistemáticamente, debido a un conflicto global en la manera de entender el arte. He seguido siempre un modelo de autogestión.

La exposición anterior no fue concebida para el mercado. Sus treinta y cuatro pinturas permanecen inéditas, porque me dediqué a concretar otras ideas. De hecho, quedaron enrolladas hasta que las he vuelto a abrir para verlas contigo. Reflexioné sobre la acumulación de obra, una cuestión de la producción artística que debe estar en consonancia con la distribución de esa producción, teniendo en cuenta que se trata de objetos. Según los planteamientos que te comentaba anteriormente, mis estrategias artísticas requerían ser acordes con ellos, y la elaboración de obras que fuesen más propias de la contemporaneidad, como la acción-instalación, donde el objeto artístico es importante solo cuando esté en relación con el espacio y la acción que lo genera.

Mi renuncia al mercantilismo no es una cuestión de purismo ético, ni de crítica al capitalismo en relación con el arte, pues reconozco la importancia de la plusvalía y del mercado en el desarrollo del arte como disciplina autónoma. Para mí es una cuestión de concentración de esfuerzos en la creación que trata de evitar que estos se diluyan en los posicionamientos institucionales, que requieren un gran esfuerzo adicional ajeno al arte.

“Ocupado” se relaciona con mi trabajo anterior, afín a la idea de la ocupación del espacio. Es una obra donde se relacionan el objeto y la acción, el espacio y su dominio. Se desarrolla en diversos planos que corresponden a versiones diferentes. Uno es el objeto tipográfico, una de mis grandes pasiones como creador pero que, en este caso, transciende el sometimiento al libro; otro es la grabación del acto de instalar esa pieza; y por último, la puesta en relación de los dos.

J.V.

La considero una especie de sin fin, dado que la representación y la acción interactúan continuamente de tal forma que casi conforma un mundo fractal. ¿Hasta dónde las matemáticas influyen en esa concepción, no solo desde la geometría del dibujo, disciplina artística que tiene que ver con las matemáticas, sino con la propia matemática?

J.G.

No es tanto un interés por las matemáticas en sí, aunque siempre he sentido inclinación por ellas, sino por la ciencia contemporánea. La realidad se vuelve bastante compleja tras Einstein. La cosmovisión aceptada por nuestra civilización hasta ese momento, que en realidad sitúa al hombre en el centro del Universo y le permite alcanzar grandes cotas de progreso, cambia por una mucho más abstracta y que se aleja de nuestro marco tridimensional. Nuestra relación con la física contemporánea tiene un marcado carácter poético: la quinta y la sexta dimensión, los universos paralelos y sus conexiones a través de agujeros de gusano, la teoría de supercuerdas, el hiperespacio y sus vibraciones, la física cuántica y la posibilidad de que una partícula se encuentre en varios sitios a la vez… Lo cual, a menudo, entra en contradicción con nuestro marco conceptual y moral. La ciencia contemporánea nos conduce hacia el mundo de la poesía en nuestra aspiración al conocimiento. 

Entonces, tras una permanencia en Berlín, también me interesó explorar un aspecto de aquella ciudad que considero singular. Así como el crecimiento de casi todas las ciudades históricas se ha estancado en el centro, debido a su consolidación mediante legislaciones y normativas conservacionistas, en la ciudad de Berlín se libera tal cantidad de metros cuadrados en el centro, tras el derribo de una estructura urbana obsoleta como era el Muro en la posterior reunificación, que permite un crecimiento hacia el interior extraordinario: el nacimiento de una ciudad nueva.

Estos dos intereses que te comento no tienen una relación directa ni evidente en la formalización de la obra, pero define un marco de estudios e inquietudes del momento de la creación de la que se derivan algunas conclusiones. En realidad, creo que lo esencial para entender el espacio o aprehenderse de él, o conocerlo, es ocuparlo, ocuparlo en un sentido extenso, ya sea un ámbito físico, emocional o intelectual. En suma, la acción de ocupar requiere un esfuerzo o una vivencia. En algunas regiones del planeta, cuando han sido colonizadas, para que la ocupación fuera efectiva el Estado necesitaba una presencia física, no bastaba con una delineación abstracta: se requería la acción de ocupar. Esto es fundamental en todos los sentidos, definir por la acción los espacios propios.

En este caso la ocupación se produce hacia dentro, es un ensimismamiento definido en escalas diversas. Al crecer hacia dentro se plantea un entorno por ocupar. Nunca termina la acción que es un continuo, como un trasunto de la vida.

Otro tema capital es que con esta producción empieza, de forma tangencial, una relación entre mi obra y la música como integración del espacio y el sonido. En concreto concebí un contexto sonoro con la obra de John Cage “Music Walk”, considerablemente ligada a la acción. En trabajos posteriores se afianza un vivo interés por la creación de una sonoridad concreta siendo, a menudo, básica para la formalización de la obra.

J.V.

¿Hay por tanto una reflexión histórica o política en la acción?

JAIME

En realidad, no me seducen las interpretaciones sociológicas de la práctica artística. Sé que no es una posición común en la académica contemporánea, en un momento en el que algunos artistas trazan discursos pseudo científicos de interpretación social o articulan mecanismos de activismo político con la complacencia de la subvención pública.

Por otro lado, es cierto que el análisis de diversas cuestiones de la realidad puede aproximarnos a la definición de la obra arte… A mí, particularmente, me interesa mucho la propuesta de Foucault de pensar en términos espaciales.

Versión 2019.

Versión 2019.