tres estancias de un apartamento burgués

2007

La referencia para la creación de cada una de las TRES ESTANCIAS DE UN APARTAMENTO BURGUÉS corresponde a una obra clásica: Salón, La bacanal de los Andrios de Tiziano; Despacho, 120 journeés du Sodome de Sade; Dormitorio, Poesías de San Juan de la Cruz. Son tres instalaciones audiovisuales que pretenden funcionar a modo de “ópera estática” en tres cuadros, en las que se plantean varios aspectos del Eros: sensorial, ideológico, trascendente.

El factor sonoro se plantea como algo fundamental para completar su significado. El músico Frano Kakarigi ha realizado una obra en tres movimientos que potencia y refuerza los significados implícitos de la instalación y además, como fruto de la creación, revela otros nuevos.

Otro pilar primordial para la conclusión de este proyecto, es su enfoque literario. El poeta Juan Carlos Friebe, a partir de la sugerencia de realizar una descripción de la obra, a la manera de un Filóstrato contemporáneo, ha dotado de alma el trabajo.

Con esta obra he pretendido acercarme al conocimiento de la naturaleza humana. Dos aparatos muy potentes ha desarrollado el hombre como herramientas para poder comprender y aceptar su efímero paso por el universo y explicar el sentido de su muerte: uno es la razón, con la que, a través del método científico, se puede llegar a explicar fenómenos de nuestro mundo tangible, que han permitido un gran desarrollo práctico bajo la premisa de “progresar para no sucumbir”. Otro es el de lo sagrado* o esa esfera del ser humano con la que se pretende llegar donde no llega la razón.

La creación, la pasión, la imaginación y la fantasía son algunos de los instrumentos con los que contamos para desarrollar esta titánica tarea.

Como conclusión, y tras un periodo de intenso y emocionante trabajo, creo intuir que la historia del éxito del hombre se podría plantear como una lucha continua por alejarse de la naturaleza**, utilizando como herramienta la ciudad*** y sus estructuras sociales. Eros nos recuerda la dificultad de esta empresa. (Individuo vs Sociedad. La lucha continúa.)

* No confundir con lo religioso, institución de control normativo.

** Me refiero en última instancia a lo Telúrico.

*** También puede denominarse Estado.

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DESPACHO

DESPACHO

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DORMITORIO

DORMITORIO




Quiero acompañar esta este proyecto con la conversación que mantuvimos José Vallejo y yo para la publicación de “Postlogos, Reflexiones sobre la apreciación del arte en la actualidad”, 2012.


JOSÉ VALLEJO

Abordamos uno de tus últimos trabajos, que me permitió tener un contacto directo con tu producción artística. Hablo de “Tres estancias de un apartamento burgués”. Para comenzar, ¿cuáles son esas tres estancias, y por qué? Después profundizaremos en las ideas subyacen en la construcción de ese apartamento…

JAIME GARCÍA

... la producción se llama “Tres estancias de un apartamento burgués” y se subtitula “Eros“. Esa es la clave del desarrollo del proyecto, que proviene de otro anterior: “Imágenes”. Entonces afrontaba un matiz específico de Eros, el de la sensualidad y el placer. Con el transcurso de los años, y reflexionando sobre “Imágenes”, llegué a la conclusión de que ofrecía una visión demasiado parcial, que nos ceñía al mundo de Eros por una sola vía, cuando existen otras que completan la visión, y nos proporcionan una panorámica global. Durante cierto tiempo pensé ampliar aquella creación y dotarla de mayor envergadura, utilizando herramientas intelectuales y conceptuales más complejas, realizando una labor de investigación de mayor calado. Y volviendo a tu pregunta, me decidí por tres estancias para mi apartamento porque razoné que Eros podía entenderse desde tres aspectos. El primero sensorial, que ya había tratado; el segundo, enlazado con su faceta ideológica y de planificación; y por último, un tercero que se podía explicar desde una dimensión trascendente. Con estas tres visiones se me representa una imagen neta de lo que concibo que, como poderoso motor vital, es Eros. Sobre dichas premisas situaría su formalización en recintos domésticos, siguiendo o ampliando la instalación “Imágenes”, que se escenificaba en un living room, y añadiendo dos nuevas cámaras: un despacho y un dormitorio, donde encajaban adecuadamente cada uno de los planteamientos descritos…

J.V.

... ¿y por qué eliges esas piezas y sus contenidos? En principio, y por ejemplo, el dormitorio podría entenderse como el lugar sensorial por excelencia y, sin embargo, tú lo sitúas en la órbita de la mística…

J.G.

Me gustaría comentarte, en primer lugar, por qué es un apartamento. Tras una serie de conclusiones sobre los espacios privados, que se pueden simplificar en la importancia para el hombre contemporáneo del popular eslogan “La república independiente de tu casa”: en cómo volcamos gran cantidad de nuestras energías en la construcción de reductos privados como refugio de nuestros anhelos, expectativas y pensamientos… Esto lo expresó acertadamente Gastón Bachelard defininiendo la casa como uno de los mayores poderes de integración para los pensamientos, los recuerdos y los sueños del hombre. Ante la pérdida de espacios públicos para el disfrute común, el apartamento se ha convertido en el último abrigo para el individuo contemporáneo. En cuanto a la definición de cada una de las habitaciones, el espacio del placer de los sentidos, del disfrute a través de la embriaguez, resulta ser el más expuesto y sujeto a las relaciones sociales que tiene una casa: el salón. También la presencia de la televisión nos remite a ámbitos de contemplación, a modo de Camerino de alabastro moderno y popular. El dormitorio se inscribe mejor en un plano de intimidad, de relación con los sueños.

J.V.

Hablando de éxtasis, muchos de ellos se producen en lechos…

J.G.

….el despacho es obvio como lugar de toma de decisiones, área de la fría mecánica. El uso de internet como ventana abierta al mundo, incluidos los rincones oscuros, clandestinos e incluso ilegales con solo un click de ratón define certeramente estos recintos ejecutivos de acceso directo al poder.

J.V.

El Salón se estructura a partir de “La bacanal de los andrios”. Se establece un vínculo entre un televisor, un sillón tapizado con tela de camuflaje como referencia a lo campestre, y una gran pintura en colores ebrios. Coméntame cómo planteas la instalación, sustentada por un conjunto de piezas que pueden tener lectura independiente, pero que desarrollan un universo.

J.G.

El Salón es el origen, y mantiene los mismos criterios que tenía “Imágenes”. Mi intención era que adquirieran una apariencia ambiental a semejanza de un aposento doméstico. Por eso se escogieron esas salas de exposiciones con techos bajos y una estructura lineal, a modo de apartamento del XIX. Quería llenar esos lugares de objetos que nos remitieran al mundo de cada una de las obras en las que se basaba cada intervención: en este caso al mundo del placer sensorial y los efectos embriagadores del vino. Hay varios objetos: un gran cuadro, un papel de pared, una copas, una colección de dibujos…

J.V.

¿Esa colección de dibujos relacionados con la bacanal y con Pompeya funcionaría como restos del recuerdo, como esas imágenes domésticas que nos remiten a los recuerdos de los viajes?

J.G.

Sí. Como comenté me interesaba mucho esa ambientación doméstica, que tratase los objetos creados para que formaran parte de ese contexto. En este caso dos colecciones de dibujos que pertenecen al material elaborado durante un viaje a Nápoles y Pompeya, y un papel pintado de una vid que nos remite a diversos episodios del relato mitológico de Dionisos como dios del vino, de Dionisos como dispensador de alegrías… Como comenta Platón, el vino como ayuda para que el hombre soporte su difícil existencia.

J.V.

Mi sensación es, incluso, la de un lugar amable que gira alrededor de lo sensorial y de la contemplación… los títulos de las piezas están en italiano -veremos que los del despacho están en francés y los del dormitorio en español-… Y la viña sugiere el paso del tiempo, de un tiempo contemplativo cargado de olores…

J.G.

Es cierto que me gustó destacar el carácter amable y festivo del mundo dionisiaco, algo así como la ausencia de trabajo y la abundancia, desde donde Dionisos nos propone disfrutar de la vida. Pero ¡ojo! esto solo se produce en la superficie: hablar de comida y de bebida es también una excusa para hablar de sexo y el sexo el camino más directo para adentrarnos en un incierto mundo ctónico. La relación con el mundo hedonista y de apariencias italiano es clara. Este ambiente se vincula con el de las villas romanas en las vegas del Vesubio. Esto lo podemos entender muy bien en la cámara secreta del museo arqueológico de Nápoles.

Esta obra me fascina por su carácter argumental. Cuando le pedí al poeta Juan Carlos Friebe que confeccionara un texto literario que ampliase la visón de la obra, le impelí a realizar la labor de un Filóstrato contemporáneo y que llevase a cabo ese género literario de la descripción de cuadros, en este caso de ambientes que aún estaban por crear.

J.V.

Vamos a pasar a la siguiente estancia y de esa moral natural a un nuevo ámbito ideológico reglado del pensamiento humano ajeno a la divinidad, a la superstición. El hombre crea sus propias reglas y normas. Aquí la figura ilustrada de Sade es decisiva. ¿Cómo se organizó esta estancia del despacho?

J.G.

Quise ampliar la panorámica de esta obra a otros aspectos de Eros. En contraposición al hecho natural y biológico del placer, que permite la vida por vías reproductivas, hay una faceta del sexo radicalmente opuesta y que nos acerca a la tensión del dolor. Sade ya formaba parte de mis lecturas, y aun reconociendo que no es un brillante escritor, que su quehacer tiende al folletín, sí hay que valorarlo por su capacidad de incidir y entender la naturaleza de ser humano, si quieres, desde una perspectiva psicológica. Él nos muestra que la aspiración de poder, la insatisfacción y el hastío nos pueden sumir en infiernos abismales. También hay algo llamativo en la literatura de Sade y que se ajusta con considerable literalidad a un momento histórico: el momento enciclopédico ilustrado. Gran parte de su obra es un puro catálogo de comportamientos humanos. Nos remite, utilizando las mismas herramientas pero por contraposición, al modo rousseauniano de entender la naturaleza. Alertándonos contra el estado ideal del hombre en la naturaleza de Rousseau, Sade nos previene de esta. Su literatura es fría y burocrática. Durante su encierro en la prisión de La Bastilla no consiguió terminar “Las 120 jornadas” y, como ejercicio de funcionario notarial, escribió en un papel continuo, relativamente detallada, la primera parte. Esa sección de 40 jornadas incluía los estatutos y, como en un índice, solo esbozadas la segunda y tercera partes. Después de leer a Sade se nos hace difícil entender la utopía como una aspiración a la bondad, ya que la mayor parte de las estructuras sociales se rigen por una tensión de poder: y el poder es egoísta por definición. El desarrollo social se basa en ese equilibrio entre la solidaridad y el egoísmo.

A través de Sade este ambiente se escenifica en un lugar de trabajo, el despacho, y toma de referencias la Ilustración como momento histórico y el francés como representante máximo del ejercicio del Estado.

J.V.

Además del escritorio y su inscripción en bronce “L’homme souverain” como pieza central, lo que me llama la atención es la “Biblioteca Donatien”, que aparece como una colección editorial. Títulos como “Placer y dolor”, “El valor del escándalo puro”, “La sombra de Apolo”, “Contra la indeferencia, la crueldad”, “Contra la compasión”, “Desobediencia a Dios”, “Literatura o la hora del complot”, “Sociedad secreta”, “Perversión poliforme“, “El vicio, una verdad profunda”… se trata de una serie de ensayos ficticios reveladores de ese mundo ideológico de Sade…

J.G.

Efectivamente, esa era la idea. La “Bibliothèque Donatien” está pensada como un instrumento que articula el pensamiento sadiano. Por ello fue realizada con tipografía Bodoni, también de espíritu y formalidad ilustrada, y con una serie de imágenes tomadas de un entorno cotidiano pero amenazador. Creo que Sade no escribe para el escándalo sino…

J.V.

… que actúa como un naturalista…

J.G.

… no existe la emoción, ni aspira a la excitación sexual. Sus textos no son literatura erótica. Ejerce como un notario del comportamiento humano. Muchos informes criminológicos se asemejan a los textos del Marqués. Llamo a todo este comportamiento ideológico porque no forma parte de la acción salvaje, de la enajenación o la irracionalidad, sino que surge de la planificación…

J.V.

… de la frialdad de razón…

J.G.

En “Las 120 jornadas...” se redactaron unos estatutos, en la tradición constitucional de la época, donde se reglaba y organizaba cada una de las horas de cada uno de los 120 días, sin dejar sitio a ninguna improvisación o acción descontrolada. Es algo programático que utiliza la planificación y la catalogación como herramientas.

J.V.

Pasando a la siguiente sala, el dormitorio, donde se plantean las cuestiones transcendentes, has hablado de un tema sumamente atractivo como es el sueño. Esta visión de la mística ¿se inscribe en el amor divino, en la intangibilidad de lo anhelado, alcanzado solamente mediante un alma desbocada?

J.G.

Planteo el dormitorio a partir de la poesía de San Juan de la Cruz y la España mística de la contrarreforma. Nos remite a ese aspecto de Eros que no tiene la necesidad de una satisfacción inmediata, sino una aspiración de trascendencia, de comunión con el cosmos. Caminos de acceso al conocimiento del mundo directamente a través del cuerpo, de lo físico, sin ningún filtro intelectual. La pasión es el instrumento. Una máxima excitación que hace que el cuerpo se funda y participe del universo. Esto, desde luego, siempre ha tenido implicaciones religiosas, ya que es una vía casi inmediata para esa comunicación con una realidad superior. Digo que el cuerpo es importante en el éxtasis porque sirve de puente, es un catalizador. Esa gran tensión es importante para la superación de las barreras físicas. A esto lo podemos llamar erotismo extremo.

J.V.

Formalmente el tratamiento de algunas piezas es llamativo. Por ejemplo, el corazón en llamas “O lámparas de fuego…” como cita erudita al Siglo de Oro español y la emblemática…

J.G.

... es una policromía que denomino “corazón-vulva“. Casi todas las piezas de la exposición cuentan con una referencia o cita que arma la estructura conceptual de la instalación y que permite una doble lectura de la exposición: una en un plano exclusivamente sensorial, que considero crucial, y otra en un plano intelectual.

J.V.

¿Cuál es la intención del espejo “Entréme donde no supe”?

J.G.

Es un caleidoscopio. Una fragmentación del espacio. Una atomización de la realidad. Es una puerta de acceso.

J.V.

En cuanto a la cama bañada por la proyección “Entremos más adentro en la espesura” nos conduce desde lo cristalino hasta lo turbio…

J.G.

Esta cámara tiene mucho que ver con la feminidad, así como la anterior con lo masculino. Este fluido turbio tiene que ver con la vida y la naturaleza, con lo primigenio. Lo turbio se asocia con lo femenino, lo que no está claro, lo velado, con sus ciclos biológicos…

J.V.

…algo generador de vida, que no se puede llevar a cabo con lo transparente, sino con la fusión de elementos…

J.G.

…el contacto más íntimo con la naturaleza.

J.V.

Hablemos ahora del carácter escenográfico de la obra. En cierto momento del desarrollo de la misma entiendes necesaria la utilización de elementos ajenos a lo plástico, en concreto el carácter literario que ya has comentado, y la música. Nos situamos ante una formalidad híbrida que remite a lo teatral como espacio escénico. ¿Aparece aquí por primera vez la necesidad de la utilización de recursos propios de la escena, que desembocará en la creación “Geometría del desconcierto: Las Bacantes”?

J.G.

Cuando comencé a trabajar en la reelaboración de esta obra para completarla y dotarla de una escala mayor, el planteamiento tomó una dirección clara hacia lo escenográfico. Deseaba que las estancias transmitieran una sensación ambiental importante. Al concretarse así, la obra adquirió un formato que se prestaba a una interferencia artística, ajena a la obra en sí y que funcionase autónomamente, pero que la completara, y también a una ocupación de esos espacios. Como has visto, el montaje se vertebra mediante el ejercicio y la experimentación de varias técnicas artísticas de diversa tradición que van desde la policromía, la fundición de bronce y vidrio a la fotografía digital y el audiovisual, pasando por la ilustración, el diseño tipográfico y de objetos, la pintura y el dibujo… un amplio abanico de técnicas artísticas que definiera un resultado formal propio de la instalación. Comprendí, mientras trabajaba, que debía completarse con otras interpretaciones artísticas ajenas, como la literaria, y que se planteara una ocupación del espacio a través del drama. Para ello me gustó la idea de realizar una pequeña ópera con la creación de tres piezas para voz y un instrumento que se interpretarían en cada una de las cámaras en un continuo. A esto lo denominé Ópera estática como bien sabes, ya que fuiste el coordinador de esta vertiente de la obra, que tras una serie de vicisitudes y la posibilidad de que se planteara como una performance se concluyó con tres piezas para contralto y contrabajo, escritas por Frano Kakarigi e interpretadas por él mismo y Patricia Latorre.

J.V.

En este proceso surgió una audiovisual que quiero destacar en el despacho”: “Cent-vingt”…

J.G.

Efectivamente, en este proceso contactamos con la artista-performer Ángela Galindo, con la que si bien no avanzamos en el desarrollo de la Ópera al decidirnos por un lenguaje más estructurado, pensé que era la persona ideal para concluir una pieza básica que aún no había concretado: el audiovisual “Cent-vingt”, planteado para el escritorio, y que tenía que reflejar de una manera dual el complejo mundo del libro de Sade y que, desde la acción artística, nos llevase del placer al asco, pasando por la repulsión, el hastío… Ángela realiza un maravilloso ejercicio de transmisión de esas sensaciones.

J.V.

Me parece significativo cómo ciertas producciones artísticas, aunque se basen en una planificación previa, recorren su propio camino, e incluso proposiciones y hechos fallidos pueden generar inesperadas respuestas…

J.G.

Si recuerdas, “No-lugar” fue un auténtico fracaso de producción que me obligó a forzar un nuevo resultado inmediato, originando una obra más importante y rotunda.

J.V.

¿Esta Ópera estática es el germen de “Geometría del desconcierto: Las Bacantes?

J.G.

El día de la inauguración se formalizó la Ópera. La idea se basaba en la ocupación de esa instalación artística, y una interrelación de disciplinas que concluían la visión de la instalación. Después creamos una pequeña película en la que este ambiente sensorial pasara a formar parte del mundo de los sueños como inquietantes visiones oníricas.

El periodo de realización de “Tres estancias de un apartamento burgués” ha sido uno de los más intensos y fructíferos en mi relación con el arte hasta ahora, que me ha facilitado un acceso directo al conocimiento de la realidad humana y con el que he podido comprender el gran conflicto del hombre como individuo y en sociedad en su tarea titánica de encontrar un sentido a su vida y su muerte… Todo esto me ha ayudado a aceptar las miserias humanas, a entender su crueldad, y ha rebajado mis aspiraciones sociales a cambio de un mayor escepticismo.

Tal intensidad en la creación me proporcionó experiencias maravillosas, como la apasionada lectura de “Las Bacantes” de Eurípides en una colina napolitana una mañana soleada de inverno. La lectura de este libro, que formaba parte de la bibliografía para la creación de “Tres estancias…”, generó en mí una serie de imágenes tan potentes, de tal despliegue artístico, que me hicieron plantearme un nuevo y ambicioso proyecto; un paso adelante en la instalación artística que, sin dejar de ser una producción plástica o planteada desde las posiciones de lo plástico, necesitara de la colaboración de otros artistas articulando varios lenguajes; que no se limitara solamente a los lenguajes que yo controlo, sino que interviniendo en lo que saben hacer otros, pudiera alcanzar un resultado universal. “Las Bacantes” como punto de partida para desarrollar este proyecto era el texto perfecto.

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