flores

Con estas notas quisiera poner en orden ciertas ideas y motivaciones por las que, dentro de este ciclo de trabajo en torno a la Belleza, he comenzado a realizar una serie de obras dedicada a las flores.

No puedo afirmar que esta, la decisión de realizar estas obras, haya sido una decisión consciente, sino más bien, pienso que tomé esa vereda con la inercia del paseante distraído, siguiendo la curva de nivel más favorable en ese momento.

Tras una serie de muy intensos proyectos alrededor de los conflictos Apolíneo/Dionisiacos, la paralización personal que me produjeron los estados de excepción y confinamientos obligatorios sufridos en la reciente pandemia, además de cierto desnortamiento vital, hicieron que necesitara trabajar sobre algo que resultara “intranscendente”. Sin darme cuenta, a lo largo de un periodo de tiempo había recopilado una colección de imágenes de flores que iban apareciendo aquí y allá, llegando esto a generarme un interés por realizar una serie de dibujos, pequeñas pinturas y experimentos fotográficos. Pero como siempre, lo que parecen decisiones inconscientes en realidad forman parte de un “programa” general, dentro del esquema de coordenadas en el que uno se mueve.

Cuando ideé realizar unas jornadas dedicadas a la Belleza, para diseñar su imagen me pareció que estaría bien recurrir a algún elemento simbólico. Como es normal (pienso), se me vino a la cabeza el maravilloso cuadro de Sandro Botticelli “El nacimiento de Venus” (1485), en el que Afrodita/Venus, tras haber emergido de la espuma marina, es empujada por el viento soplado por Céfiro, que la dirige a la isla de Citera.

En el cuadro -una “Venus púdica” en el centro sobre una concha, con Céfiro, dios del viento, y Clotis, diosa de las flores, a nuestra izquierda sobre el mar, y a la derecha una de las Horas esperándola en tierra- Afrodita es acompañada por una lluvia de bellas rosas de un delicado rosa pálido. Como saben, Venus surge de la informe y caótica espuma de mar -nacida de la espuma creada por los genitales de Urano que les fueron arrancados por su hijo Saturno y arrojados al mar- para con ello crear la “Forma”. La belleza de la forma frente al magma primigenio. Venus también representa al amor, el amor físico nacido de la atracción y el deseo. Una belleza carnal, lo que hace que se identifique a esta diosa también con la fertilidad –podría decirse que es la concreción del Océano, según María Daraki, “Gran Nutricio, el gran Fecundador, su corriente es, a la vez, impulso sexual y río de abundancia. Establece un vínculo inmediato entre fecundación y fructificación.”-

Debido a su origen, a esta diosa se le ha relacionado con el mar y con algunas de sus criaturas: delfines, ostras (y sus perlas), aunque también con pequeños animales terrestres como las palomas y los gorriones (según Robert Graves por su lascivia). Además se le asocia con dos plantas muy importantes en la tradición simbólica: el rosal y el mirto. Una de las explicaciones más extendidas en la literatura mitológica es que donde Venus pisó tierra por primera vez creció un rosal y que para exhibir su poder de atracción, la diosa hizo florecer una espectacular rosa que inundó con su fragancia el lugar. En cuanto al mirto, arbusto muy utilizado en el mundo mediterráneo en relación con la muerte y el amor, se dice que fue la planta con la que las Estaciones, hijas de Temis, la vistieron y engalanaron en Pafos. Una rama de mirto portaba la diosa como diadema debido al poder de esta para atraer y mantener el amor.

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Campo de amapolas -boceto-










Las rosas de Heliogábalo 2 (fragmento)







Flores, dibujos








Rosados

TRÍPTICO DE LA MELANCOLÍA

Fotografía digital

4608x3456 px, 45,6 MB c/u

2022




(Ver notas en Cuaderno)


Flores es un proyecto de exposición en el que se podrá ver pintura de diferentes formatos, dibujos, experimentos fotográficos, ediciones gráficas y una instalación. En preparación.